Un Viaje Sin Fin

Después de un largo camino de autoconocimiento, aún lejos de ser culminado, entendí que la solución a lo que percibía en su momento como ‘problemas’ era el amor propio. El amor propio es un término que está de moda, en boca de todos, y por eso siento que su profundidad se desvanece en la vorágine de las tendencias. En este proceso, descubrí que para amarme de verdad, necesitaba encontrarme, entenderme y, a partir de ahí, cuidarme y sostenerme sin condiciones.

Mis primeros pasos en este viaje me llevaron hacia la terapia holística: este acompañamiento terapéutico me ayudó a comprender y perdonar a mis padres, los registros akáshicos me reconciliaron con mis habilidades y propósito de vida, la Terapia de Respuesta Espiritual me ayudó a recuperar mi soberanía, y la carta astral aclaró mis patrones de comportamiento y pensamiento que tanto me cuestionaba. En cada una de estas terapias, experimenté un amor jamás sentido, un sentimiento de plenitud que se vuelve adictivo y que me llevó a buscar prácticas diarias para mantenerme en esa frecuencia dia tras dia.

Hoy, comparto algunas conclusiones de este viaje que, para mí, apenas comienza:

* Al conocernos, cultivamos un amor propio que no se ve afectado por opiniones externas ni circunstancias.
* Al conocernos, entendemos el funcionamiento del universo, liberándonos de condicionamientos y creencias limitantes.
* Al conocernos, nos damos cuenta de que todo es posible; vinimos con la capacidad de crear la vida que soñamos.
* Al conocernos, establecemos un vínculo profundo con la naturaleza, reconociendo nuestra conexión con el todo.
* Al conocernos, abrimos la puerta a la compasión, tanto hacia nosotros como hacia los demás.
* Al conocernos, encontramos la clave para vivir auténticamente, siendo fieles a nuestra esencia en cada elección.

Este viaje no tiene un final, es una travesía continua hacia una comprensión más profunda de nosotros mismos y la expansión constante del amor en todas sus formas.

~ Camila, Co-Fundadora